Sierra Nevada acogió las primeras Jornadas de guías y perros detectores de víctimas vivas sepultadas en aludes

La labor de los perros de rescate en estaciones de esquí es fundamental para situaciones de emergencia En las actividades han participado 18 perros y se ha iniciado a tres cachorros El evento ha sido patrocinado por Tiendanimal, Royal Canin y Cetursa

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Redaccion | Los Barrios

Este sábado se han celebrado por primera vez las Jornadas de guías y perros detectores de víctimas sepultadas en aludes. El evento, celebrado en Sierra Nevada, tuvo como objetivo hacer prácticas reales con los perros en un simulacro de avalanchas en actividades en las que participaron unidades caninas de protección civil, guardia civil, bomberos, ejército de tierra y guías de montaña con un total de 21 perros, de los cuales tres eran cachorros que se están preparando para en el futuro poder convertirse en perros de rescate en montaña.

Las Jornadas han sido patrocinadas por Tiendanimal, Royal Canin y Cetursa y coordinadas por Alejandro Ortega Ruiz (miembro de Protección Civil de Albolote –Granada–). Para los ejercicios en los que han participado los canes se han utilizado máquinas pisa pistas de la estación de esquí de Sierra Nevada con las que se creó un campo de trabajo similar a una avalancha en las que se colocaron algunos zulos donde se enterraron a personas para que los perros los encontrasen.

Cabe destacar la presencia de Thor, uno de los perros de rescate en activo de la estación de esquí de Sierra Nevada cuyo mantenimiento proporciona Tiendanimal y que, junto a su guía, Richar Bonal, completó unas búsquedas rápidas y directas de figurantes enterrados.

 

El perro de rescate en avalanchas de nieve: un gran desconocido

Cuando hoy hablamos de rescate en accidentes por avalanchas de nieve se hace mucho hincapié en la tecnología y en los nuevos avances respecto a los Detectores de Víctimas por Aludes (DVA), entre los que se utilizan sistemas analógicos, digitales, de una y de cuatro antenas, de nuevos protocolos de búsqueda, etc. Aunque se está avanzando constantemente para mejorar esos sistemas, también existe otra herramienta de localización complementaria cuyo trabajo, en la mayoría de las ocasiones, pasa desapercibida pero que es fundamental dentro de un equipo de rescate organizado. Dicha “herramienta” es el perro entrenado para detectar víctimas vivas sepultadas por un alud.

La historia de los perros de rescate en aludes se remonta a 1937, año en el que tuvo lugar el primer rescate del que se tiene constancia documental. Un perro no adiestrado marcó, por iniciativa propia, la posición de un niño sepultado bajo la nieve. Gracias a ello, el niño pudo ser localizado y rescatado.

El perro debe presentar una morfología y unas condiciones físicas óptimas para realizar labores de rescate. Han de ser perros fuertes, ágiles y de tamaño medio. Junto a todas estas consideraciones, el animal ha de reunir unas cualidades específicas como la inclinación por la presa (ganas de liberar su ansiedad de persecución con la mordida), la inclinación por la caza (ganas de perseguir una presa), e intensidad en la búsqueda (interés y perseverancia en encontrar una presa) y, al mismo tiempo, contar con un carácter social y equilibrado.

 

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