Crónica de una ascención al Parinacota y el Sajama

El alpinista de Los Barrios José Antonio Gómez Valencia ha coronado los cinco picos más altos de Bolivia, entre ellos el Sajama de 6.548 metros. Este joven barreño practica este deporte de riesgo desde hace varios años y en cada una de sus hazañas ha puesto de manifiesto su apego a Los Barrios coronando cada escalada con una bandera de la Villa.


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Su nombre es José A. Gómez Valencia, aunque sus amigos le llaman simplemente Valencia, y practica el alpinismo, un deporte duro pero bello, dice, que combina el contacto con la naturaleza y el afán de superación.

Dio sus primeros pasos haciendo senderismo por los muchos itinerarios que ofrece el entorno paisajístico de Los Barrios y de ahí nació su afición a la montaña.

Valencia con su compañero subiendo una de las arista de la montaña

“Empiezas subiendo pequeñas alturas, como La Cruz del Romero; luego El Torrecilla, más tarde el Mulhacén, donde tomas contacto con la nieve, y entonces te das cuenta de que ya no puedes parar. Cada vez quieres llegar más alto”, afirma.

Poco a poco se fue introduciendo en la práctica del alpinismo a alto nivel y conociendo a escaladores de diferentes lugares de España, lo que, además, le permitió participar en expediciones de envergadura. La última, un viaje a Bolivia, como miembro de un grupo de Sevilla, para coronar dos volcanes de más de 6.000 metros de altitud, el Parinacota y el Sajama, cumbre más alta del país con 6.548 metros. Una aventura a la que no faltó su compañero de cordada y amigo Enrique Guzmán, vecino de San Roque.

Después de llevar a cabo una subida de preparación y aclimatación en la Coordillera Real, se trasladaron a La Paz y desde allí al Parque Nacional de Sajama para acometer la conquista del Paranicota. Tras mediodía caminando y porteando el equipo, llegaron al terreno donde montaron el campamento base e instalaron la tienda. Durmieron todo lo que pudieron y a las 2 de la madrugada se despertaron y se encontraron con un contratiempo. El compañero Enrique se estaba viendo afectado por el mal de las alturas y había que decidir si subía o no subía o si esperaban a su recuperación.

Cumbre Parinacota a 6.300 metros, Valencia muestra la magestuidad de la montaña con la bandera de Los Barrios

“Como buen alpinista, y sobre todo buen compañero, Enrique me propuso que intentase la ascensión en solitario y yo acepté”, recuerda nuestro protagonista.

Sin embargo, al final, no inició la subida solo, ya que un alpinista polaco, que tenía su tienda muy cerca de la suya se ofreció a acompañarle y no pudo negarse.

 Bajo el frío típico de la zona, unos veinte grados bajo cero, emprendieron la marcha. Delante de ellos iban también otros dos alpinistas franceses y dos guías a los que pasaron después de que éstos aminoraran la marcha. A la mitad del recorrido el polaco empezó a notar los efectos del mal de altura y se quedó rezagado, así que, después de compartir sus provisiones con él, Valencia decidió continuar. Unos metros más adelante se encontró con uno de los franceses y uno de los guías, que bajaban, afectados por el mismo mal.

José Antonio Gómez Valencia con su compañero de San Roque Enrique Guzmán

Tras 7 horas de esfuerzo, sorteando los dichosos penitentes (formaciones de nieve de 50 cm provocadas por el fuerte viento), llegó a la cumbre. Al rato, lo hizo también el guía, que se llamaba Ignacio, y su cliente, el francés.

Era la primera vez que alcanzaba los 6.300 metros y tenía que estar contento, pero no podía olvidar a Enrique, que se había quedado abajo, y pensaba que le habría gustado mucho más haber compartido la alegría de esa conquista junto a él.

En pleno descenso, cuenta José Antonio Gómez, se topó con el polaco sumido en un grave apuro, completamente desorientado y con mareos. “Entre Ignacio, el guía, y yo le socorrimos y le ayudamos en el descenso hasta el campamento base”, nos relata, “y el polaco me agradeció el gesto ofreciéndome una chocolatina y diciéndome en su español chapurreado: Toma, Valencia, tú eres mi amigo”.

Logrado el primer objetivo, y tras un día de merecido descanso, Valencia y Enrique Guzmán se dispusieron a la conquista del segundo. Con las mulas para el porte, partieron hacia el campamento base del Sajama y, después de tres horas de camino, llegaron a su destino.

“A las 2 de la madrugada emprendimos la ascensión hacia la cumbre del volcán y al amanecer nos topamos con los penitentes, un laberinto que teníamos atravesar como mejor pudiéramos para continuar con nuestro camino”, nos refiere el escalador barreño. “Pero lo conseguimos”, apostilla.

Después de más de 7 horas de ascensión, y esquivar grietas peligrosas, “que acojonaban hasta el más valiente de los valientes”, llegaron a la cima. “No sé cómo explicar lo que sentí”, cuenta nuestro alpinista. “Eso sí, me había prometido dedicarle, si lo lograba, el triunfo a mi hermana, a la que quiero y admiro por la fortaleza que ha tenido para superar su cáncer de mama, y así lo hice. Me acordé de ella allí en la cumbre y me dije: Va por ti, Fabiola”.

En la cumbre del Pico Tarija a 5.000 metros

Comenta José A. Gómez Valencia que alguien con mucho acierto dijo una vez: “Ganar a un rival es satisfactorio; puede dar sentido a la competición. Competir contra la montaña y superarse a sí mismo puede dar sentido a la vida”. Eso es lo que significa el alpinismo para este barreño y, según él, para todos quienes practican este emocionante deporte. En esta expedición Valencia ha contado con el patrocinio del IMD del Ayuntamiento de Sevilla.

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