El ferrocarril y la comarca del Campo de Gibraltar. La llegada del Tren. (2ª parte)

Por Manuel Correro García, presidente de La Trocha. http://asociacionlatrocha.blogspot.com/


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Según marca el protocolo en la colocación de los asistentes en la mesa ocupó Jaime Fhorde la presidencia, a la derecha el general Gamiz, el alcalde, el presidente de la Audiencia y a la izquierda el ingeniero Jefe de la División de ferrocarriles de Sevilla; Emilio Santacana y el coronel de la zona rodeaban la mesa del Fiscal; el arcipreste; el Sr. Cardona, Jefe de los Carabineros; el coronel del Regimiento de la Reina, el Juez de Primera Instancia y los señores Montero, Muro, Infante, Hebrero, Méndez, Villalta, Enríquez, Pérez, Punta Ramírez, Coterillo, Utor, Serra, Cabañas, Briones, Lombard, Ríos y los ingenieros Lamiable, Brandy, Greenhill y Riquelme.

Después de servida la comida llegó el brindis, el Sr. Fhorde en castellano da las gracias a las autoridades y pidió al Sr. Montero que hablara por lo limitado de su castellano. Francisco Montero tuvo palabras de agradecimiento para los Sres. Fhorde y Lamiable, tomó la palabra el Sr. Gamiz dando las gracias a la empresa y prometió remitir telegrama a la Reina Regente, le siguió en la palabra el alcalde quien dijo que apoyará a la compañía, brindó por el Gobierno, después Carlos Lamiable agradeció las alabanzas del Sr. Montero y brindó por Ronda por costear en 1878 un anteproyecto para que fuera incluido en el Plan General del Estado terminó su discurso diciendo: “Brindo por el gran hombre de estado que todos habéis podido adivinar (voces de los asistentes porfiaron para que dijera el nombre) D. Antonio Cánovas del Castillo”. El Sr. Contreras brindó por el ministro de Fomento, el Sr. Cabañas brindó por la clase obrera, el Sr. Santacana cerró el brindis, acto seguido el Sr. Fhorde dio las gracias en ingles.

Los actos acabaron el domingo, como era habitual, el casino obsequió a los asistentes con un baile y por las calles de Algeciras se corrió un toro, siendo repartida su carne con pan a los pobres de la ciudad.

El almuerzo se desarrolló tal y como regía el protocolo y la etiqueta en la mesa de últimos del siglo XIX, de influencia francesa, el servicio “a la rusa”, que consistía en servir un plato tras otro con un menú cerrado.

Las normas de educación social no impiden observar el malestar de Carlos Lamiable Watrin en el brindis.

Nos cuenta Pedro Sierra de Cozar en su libro Ronda por su ferrocarril que este ingeniero francés llegó a España de la mano de los constructores franceses Savaléte y Manby para la construcción de la línea férrea Córdoba-Sevilla cuya concesión habían obtenido los franceses Isaac Peréire y Charles Lafitte.

Al poco se instaló por su cuenta en Sevilla, uno de sus primeros trabajos fue, en 1865, el proyecto que presentó al ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda para la construcción de un tranvía desde el centro de la ciudad al descansadero de Bonanza.

Creó su propia compañía, la “Empresa de ferro-carriles de Carlos Lamiable”, elaborando un proyecto de línea entre Sevilla y Huelva, obteniendo la concesión el 20 de agosto de 1869. Este proyecto se lo arrebató los ingleses que estaban interesado en la minas de Río Tinto.

Se inició entonces un largo conflicto legal. La “Compañía del Ferrocarril de Sevilla a Huelva y a las minas de Río Tinto” dirigida por Lamiable encargó la defensa a un grupo de letrados entre los que figuraba Antonio Cánovas del Castillo (Ministro de la Gobernación, 1864, del Ultramar, 1865 y siete veces Presidente del Consejo de Ministros) con el que estableció una relación de amistad. Finalmente la compañía transfirió el proyecto de Lamiable a Sunhein el 18 de febrero de 1876.

En 1875 Carlos Lamiable había obtenido la concesión del suministro de agua potable a la ciudad de Ronda creando la “Empresa de Aguas Potables” que monopolizó el servicio hasta 1928.

Con la presencia de Carlos Lamiable en Ronda, con conocimientos técnicos, experiencia en la construcción de ferrocarriles y amigo del presidente del gobierno, el Ayuntamiento de Ronda no desaprovechó la oportunidad y apostó por construir una línea con Bobadilla. En 1878 acordó elaborar un anteproyecto comisionando al ingeniero Lamiable y reuniendo a los mayores contribuyentes, naciendo el compromiso de construir una sociedad sin ánimo de lucro para financiar el proyecto inicial.

Posteriormente gestiones en Málaga ante Jorge Loring y el marques de Guadiaro, dieron como resultado un proyecto más ambicioso, construir una línea entre Bobadilla y el puerto de Algeciras, pasando por Ronda.

Algeciras no apostó por este proyecto que pudo salir adelante gracias al tesón del Ayuntamiento de Ronda salvándose muchos obstáculos gracias a la amistad de Carlos Lamiable con Antonio Cánovas del Castillo.

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