Olor a pan y a algarabía infantil

Manuel Ríos Rojas es Diplomado en Educación.


>

Como casi hace dos lustros, todos los colegios de la Villa, a excepción de los situados en las barriadas periféricas , ya que éstos necesitarían de un desplazamiento en autobús, vienen desarrollando una actividad importante en la Panadería Hermanos Espinosa.

La panadería antes citada oferta a los alumnos de primaria, concretamente de quinto curso, la posibilidad de realizar un taller donde los niños aprendan el proceso de fabricación del pan; alimento indiscutible en nuestra dieta.

Esta semana el 12, 13 y 14 de abril les ha correspondido el turno a los infantiles del Colegio de Educación Infantil y Primaria “Don Juan González”. Hablamos con su director, José Antonio Romero,, y nos comenta que el colegio se encuentra muy satisfecho y agradecido por realizar este taller, que se enclava dentro de la unidad didáctica “Los Oficios”; y cuyo objetivo es ofrecer a los pequeños la máxima información posible sobre cómo se hace el pan y el trabajo que este proceso conlleva.

Además, aprovecha la oportunidad para agradecer la buena acogida que siempre han encontrado estos alumnos en la Panadería Espinosa, y considera muy interesante que el taller sea lo más interactivo posible. Y es así porque los más menudos realizan con la figuritas con masa de pan que posteriormente se introducen ene el horno para su cocción y posteriormente se trasladan en furgoneta hasta el propio colegio.

Este año, para que el taller resulte más fructífero, se han reducido a 25 el número de alumnos que visitan la panadería, y la verdad es que se puede considerar todo un acierto.

Los niños vienen acompañados por dos maestras de primaria, las cuales, también sienten interés por conocer la panadería y y trabajar con sus propias manos la masa del pan, haciendo figuritas: letras, serpientes, tortugas, flores, pescados, etc que posteriormente pasarán a la cámara de fermentación y al horno respectivamente.

Desde un primer momento los niños son recibidos por el maestro panadero: Francisco Espinosa Guerrero, a quien han de agradecerle su buen trato con los críos y sobre todo su capacidad de aguante, sobre todo cuando éstos se disparatan.

Primero se les enseña los ingredientes; harina de trigo, levadura, sal y agua; posteriormente, y en un segundo paso, todos los menores se lavan bien las manos, en tercer lugar, los ingredientes pasan a una máquina denominada amasadora; en cuarto lugar, esta masa , ya amasada, se introduce dentro de otra máquina que es la refinadora: encargada, como su nombre indica, de refinar el amasijo.

Después toda la masa pasa a la pesadora y de ahí, en trozos relativamente pequeños, directamente a la gran mesa , embadurnada en aceite, donde se van a configurar manualmente las figuritas y trozos de pan.

Una vez que los peques hacen realidad sus sueños con sus propias manos, las figuritas y todo lo anteriormente elaborado pasan a unas pequeñas bandejas , que más tarde pasarán unos 30 minutos aproximadamente en la cámara de fermentación.

Durante este periodo de tiempo, los niños desayunan: pan con nocilla, mantequilla o aceite y zumos de diferente sabor. En el desayuno de los menores se hace como un pequeño recreo, todo esto mientras el pan está fermentando y posteriormente pasa al horno para su cocción y posterior consumo o para que muchos guarden con esmero su pieza como si de un recuerdo perenne se tratara.

Llega el momento de los juegos infantiles donde los niños juegan y cantan y se realizan juegos tradicionales antiguos como ” el corro de las patatas”, etc.

En este espacio de tiempo, todo el personal implicado; maestras, maestros panaderos, mujeres y muchachas que han repartido el desayuno, María José Espinosa, encargada del despacho de venta de pan al público, situado en la calle Soledad, 19, y un servidor que ha estado pendiente en todo momento de inmortalizar con imágenes este evento; tomamos café o bien un desayuno; pero siempre dejando a un encargado en torno a los niños para que éstos no se queden solos.

Posteriormente se les reparte golosinas a todos y continúan los juegos hasta que el maestro panadero nos enseñé a todos el pan o figuritas ya calentitas y horneadas.

La sesión comienza sobre las 9, 30 h. y termina aproximadamente a las 12,00.

Durante todo este tiempo la panadería no sólo huele a pan sino también a la propia algarabía infantil.

Y cogidos de la mano y con una sonrisa de oreja a oreja los niños se van despidiendo junto a las maestras camino de su colegio, después de haber disfrutado de un taller que les costará trabajo olvidar.

Noticias relacionadas

 
19 abril 2024 | Manuel Álvarez Vázquez
El arroyo del Junco
 
30 marzo 2024 | Manuel Álvarez Vázquez
El pozo del Santísimo o de la Tinaja
 
22 marzo 2024 | Manuel Álvarez Vázquez
El nombre castellano de Palmones